¡ Bienvenid@ a mi música en casa !
Me llamo Javier, dedicado a la aviación profesionalmente desde hace más de veinte años, pronto descubrí la música como gran aliada y compañera durante las largas esperas en hoteles y aeropuertos.
Sin embargo no fue hasta hace pocos años, cuando decidí tomar parte activa y adquirir mi primer teclado de piano con intención seria de aprender a tocarlo.
Mi padre tenía un comercio y en los años 80, los teclados Casio con sus modelos PT-, al igual que otros muchos instrumentos musicales electrónicos, fueron todo un éxito. Por mi casa desfilaron unos cuantos y ya desde niño, me interesaba conocer las ventajas de uno respecto a otro.
El piano siempre ha sido mi instrumento favorito, pero nunca reservé hueco en mi agenda para aprender a tocarlo. Ahora que por fin sí lo hago, se ha convertido en una verdadera «afición/pasión», que me ha llevado a descubrir un mundo nuevo.
Comencé mi aprendizaje con un teclado electrónico sencillo, de silicona y con 61 teclas, a pesar de que los entendidos en la materia recomiendan iniciarse directamente con un piano de 88 teclas contrapesadas.
Argumentan con razón, que con ellos puedes sentir el peso de las teclas como en los pianos acústicos y de este modo, tus dedos ya habrán recibido el entrenamiento de fuerza necesario si algún día quisieras sentarte delante de un piano de los «de verdad».
La cuestión es, que la inversión a realizar en estos casos es algo más elevada y a veces, puede no ser una prioridad para ti en un momento determinado.
Si te sirve de algo, mi experiencia personal en la transición a un piano digital con teclado contrapesado, ha sido bastante natural y no he encontrado excesiva dificultad para acomodarme a su tacto. Todo lo contrario.
Para mí es un verdadero placer poder valorar ahora la calidad de sonido de cada nota cuando lo comparo con mi anterior teclado y ni que decir tiene, si lo comparo con el mágico sonido natural de las cuerdas de un piano acústico.
Aprender a leer partituras también ha supuesto un gran reto y la guitarra, un maravilloso descubrimiento. Probablemente, uno de los mejores inventos del ser humano como suele decir un buen amigo.
Sabemos que la música no tiene límites y la satisfacción que produce ser tú el protagonista, es indescriptible.
No descarto atreverme con otros instrumentos más adelante; de hecho, mi hijo me está ya animando con la batería. Quizás en unos años, comencemos con nuestras primeras grabaciones.
Últimamente y sobre todo a raíz de la pandemia, llevaba una vida mucho más tranquila y con más tiempo en casa, así que he podido sacar buen provecho a la vez que me divertía.
Ahora que hemos vuelto a la «normalidad», bloqueo tiempo en mi agenda para esta actividad que me tiene entusiasmado.
La clave está en no tener prisa, sino constancia. Un ratito cada día y sobre todo, que te divierta.
Yo estoy descubriendo además, que cuando practicas con tu instrumento, se produce un efecto «liberador mental» inmediato, así que en cierto sentido es como una medicina para mí.
Cuando me siento estresado, acudo a él y me relaja.
Aunque los niños tienen una mayor capacidad de aprendizaje, en la música como en muchas otras materias en la vida, no hay mejor edad para comenzar que cuando el cuerpo te lo pida.
A mí se me abrió el apetito musical bien entrado ya en los cuarenta y cada día lo disfruto más.
En esta web encontrarás una guía informativa y análisis comparativo, cuyo objetivo es ayudarte a valorar qué instrumento es el más adecuado para ti.
Seguramente antes de lo que imaginas, tú también serás capaz de disfrutar de «tu» música, en «tu» casa.
¿Te animas a probar?
¡Bienvenid@ a bordo y te deseo un feliz viaje musical!
Puedes saber más sobre mí visitando mi «Una Vida de Piloto»
